Es uno de los más importantes representantes de la nueva generación de pintores abstractos del ámbito internacional. Sus primeras pinturas, de la década de los años setenta, están influenciadas por la abstracción geométrica europea y americana. En 1975, tras un período de aprendizaje en la Universidad de Harvard, se trasladó a Nueva York, ciudad que se convirtió en la primera catalizadora de sus ideas artísticas. Desde entonces, su trabajo ha pasado por una serie de cambios que, a menudo, han estado marcados por impactos de creatividad, propiciados por las tensiones entre la concepción del arte europeo y americano que ejemplifica la obra de Mondrian y Rothko.
En 1983 recibió la beca Guggenheim y se convirtió en ciudadano americano; asimismo, le concedieron la beca de la National Endowment for the Art. Sus obras más recientes, cuyos formatos a menudo se acercan a lo monumental, se caracterizan por una unión entre el rigor formal, la libertad del color y la espontaneidad de la pincelada.
La trayectoria expositiva de Sean Scully es amplísima. Desde 1973 su obra ha sido expuesta en galerías y museos tan prestigiosos como The Whitechapel Art Gallery y la Waddington Gallery de Londres; la Caixa de Pensions en Barcelona; la Galería Lelong de Nueva York, y recientemente el Metropolitan Museum de Nueva York. Su obra se encuentra, además, en las más prestigiosas colecciones, tales como el MOMA de Nueva York; la Philips Collection; el British Council; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y la Tate Gallery de Londres, entre otras.